Mañana puede definirse la campaña. San Martín se enfrentará a Deportivo Morón por la primera fase del Reducido, en un duelo que no admite titubeos: solo la victoria lo mantendrá en carrera por el ascenso. En el “Nuevo Francisco Urbano”, el equipo de Mariano Campodónico se medirá ante uno de los rivales más sólidos de la categoría, en un partido de eliminación directa que condensa toda la tensión de la temporada. No hay margen para el error.
El “Santo” llega al conurbano bonaerense con una mezcla de expectativa y serenidad. Sabe que su destino depende de una actuación sin fisuras, de la concentración en los detalles y del temple para soportar la presión de un estadio que empuja. La diferencia de la ventaja deportiva obliga a ganar, pero también invita a animarse. El técnico lo repitió durante la semana: la clave será mantener la calma. “Sabemos que estamos en una etapa del año donde se siente el desgaste del torneo. Tuvimos la suerte de meternos entre los ocho mejores; la idea era terminar primeros, pero no se pudo. Ahora empieza un nuevo campeonato y tenemos que ir a Morón a ganar”, expresó el entrenador, confiado en la madurez de su plantel.
En el cuerpo técnico prevalece la convicción de que el equipo llega preparado para competir de igual a igual. Campodónico sabe que enfrente estará un conjunto ordenado y pragmático, pero apuesta a la inteligencia colectiva. “No tenemos que apurarnos. Morón es un rival con oficio, con un técnico que conoce bien la categoría. Ellos tienen la ventaja del empate y seguramente serán cautelosos. Si logramos manejar la pelota y mantener la calma, podemos sacar provecho”, analizó el DT, quien trabajó durante la semana en la presión alta y las transiciones rápidas.
Las estadísticas marcan que el “Gallito” ganó 11 de los 17 partidos en su casa, empató cuatro y perdió solo dos. Pero también que San Martín fue uno de los mejores visitantes del torneo. Esa condición será puesta a prueba en una cancha en la que los espacios escasean y los nervios se amplifican. “Si les impedimos abrir el marcador rápido, pueden entrar en nerviosismo. Si manejamos la pelota, esa intranquilidad puede pasar a la gente y a los propios jugadores. Eso también puede ser una ventaja para nosotros”, remarcó el técnico.
El viernes, La Ciudadela vivió una jornada que recordó los viejos rituales de los días grandes. Cientos de hinchas se acercaron al estadio para alentar al equipo en la última práctica abierta antes del viaje. Las tribunas se tiñeron de rojo y blanco, los bombos marcaron el pulso y los cánticos se volvieron himno. Fue un gesto de comunión que recargó de energía al plantel. El capitán Darío Sand, uno de los más ovacionados, habló con emoción luego del entrenamiento. “Esto te da una motivación enorme. Ojalá podamos darles una alegría a todos y avanzar. Sentir este apoyo nos da la fuerza que necesitamos para ganar”, señaló el arquero, consciente del impacto anímico que genera el respaldo popular.
A su lado, Matías García se detuvo a observar el estadio repleto y resumió el sentimiento general. “Fue un año duro, pero este apoyo nos renueva. Este es un club pasional, que es pueblo. Jugar en La Ciudadela con esta gente es hermoso. Vamos todos juntos, con la ilusión de ascender”, expresó el mediocampista, que recuperó protagonismo en las últimas fechas.
Entre los jugadores que más expectativa generan aparece Franco García, quien atraviesa un cierre de torneo positivo. En la previa, el delantero destacó la identidad del equipo y su obligación de asumir el protagonismo. “Sabemos que va a ser un partido durísimo. Es ir a ganar, no tenemos otra opción. San Martín te obliga a eso, a ser protagonista. Vamos a ir a buscar el pase a la próxima fase”, aseguró. El atacante también coincidió en que el contexto puede volverse un aliado si el equipo mantiene la cabeza fría. “La presión la van a tener ellos, porque son locales y tienen la ventaja. Nosotros tenemos que hacer un gran partido, trabajar y analizar cada detalle para ganar”, agregó. En su discurso no hay margen para la duda: solo sirve la victoria. “Es una final, porque si empatás o perdés quedás afuera. Ojalá podamos ganarlo para seguir en carrera. El sueño es jugar la final con San Martín y lograr el objetivo”, completó.
Todo por jugar
A esta altura, ya no hay espacio para especulaciones. San Martín viajó a Buenos Aires con la certeza de que cada pelota puede definir un destino. El plantel, que recuperó la comunión con su gente tras el banderazo, buscará transformar esa energía en rendimiento. El Reducido no concede segundas oportunidades y mañana, en el “Nuevo Francisco Urbano”, el “Santo” deberá hacer valer todo lo aprendido durante el año. Ganar o quedar afuera. Así de simple. Así de decisivo.